Río Grande del Norte cuenta con aproximadamente 22 mil personas quilombolas, 220 comunidades vulnerables, más de 15 comunidades indígenas y cerca de 400 mil personas que viven en zonas periféricas marcadas por la pobreza y la falta de acceso continuo a la salud mental. Con 3,5 millones de habitantes, el estado cuenta con solo 620 psicólogos en el sistema público de salud (SUS), un número insuficiente para atender la demanda, especialmente en áreas urbanas y rurales vulnerables. Psicólogos Sin Fronteras trabaja para ampliar el acceso a la atención psicológica calificada y garantizar que la salud mental sea un derecho para todos, principalmente en las regiones más vulnerables del estado.

El estado de São Paulo cuenta con aproximadamente 11 mil personas quilombolas, más de 2,5 millones de personas en comunidades urbanas vulnerables y cerca de 30 comunidades indígenas, donde la pobreza, la violencia y la exclusión marcan la vida de muchas familias. A pesar de ser el estado más rico del país, con 44 millones de habitantes, São Paulo cuenta con unos 6.800 psicólogos en el sistema público de salud (SUS), un número insuficiente para atender a las poblaciones vulnerables, especialmente a los jóvenes, personas negras y habitantes de las periferias, que sufren trastornos como la ansiedad, la depresión y el suicidio. Psicólogos Sin Fronteras actúa para ampliar el acceso a la salud mental, llevando cuidado y dignidad a quienes más lo necesitan y transformando realidades donde la atención psicológica sigue siendo un privilegio de pocos.

Paraná cuenta con alrededor de 7.100 personas quilombolas, aproximadamente 450 mil personas en comunidades vulnerables, más de 15 comunidades indígenas y cerca de 1 millón de habitantes en zonas periféricas marcadas por la pobreza y la falta de políticas públicas eficaces, lo que afecta la salud mental de estas poblaciones. Con más de 11 millones de habitantes, el estado cuenta con unos 2.100 psicólogos en el sistema público de salud (SUS), un número insuficiente para atender las complejas demandas, especialmente en regiones alejadas y empobrecidas. Psicólogos Sin Fronteras actúa en Paraná para ampliar el acceso al cuidado psicológico, crear vínculos y garantizar que la salud mental sea un derecho para todas las personas, desde la capital hasta las periferias.

Santa Catarina cuenta con aproximadamente 4.400 personas quilombolas, cerca de 300 mil personas en comunidades vulnerables y más de 10 comunidades indígenas que viven en territorios periféricos marcados por la pobreza extrema, el racismo estructural y la desigualdad en el acceso a derechos básicos, incluida la salud mental. Con unos 7,6 millones de habitantes, el estado dispone de alrededor de 1.200 psicólogos en el sistema público de salud (SUS), un número insuficiente para atender la creciente demanda, especialmente en regiones empobrecidas y periféricas. Psicólogos Sin Fronteras actúa para garantizar que la salud mental sea un derecho real, llevando escucha, dignidad y transformación a las poblaciones más vulnerables del estado.

Río de Janeiro alberga a unas 20 mil personas quilombolas y a más de 2 millones de personas que viven en comunidades vulnerables, enfrentando condiciones precarias de vivienda, ingresos y acceso a servicios esenciales. El estado también cuenta con unas 40 comunidades indígenas reconocidas oficialmente. Con más de 17 millones de habitantes, dispone de unos 3.000 psicólogos en el sistema público de salud (SUS), un número insuficiente para atender la alta demanda, especialmente en las zonas más pobres. La violencia, el luto colectivo, el sufrimiento psíquico y el suicidio afectan principalmente a los jóvenes, mujeres negras y trabajadores informales. Psicólogos Sin Fronteras actúa en el estado —incluyendo comunidades como Maré— con la misión de ampliar el acceso al cuidado psicológico, fortalecer los vínculos y promover la salud mental como una forma de justicia social.

Piauí alberga a unas 31,7 mil personas quilombolas, aproximadamente 220 mil personas en comunidades vulnerables, más de 12 comunidades indígenas y cerca de 450 mil habitantes en zonas periféricas marcadas por la pobreza y la exclusión, lo que dificulta el acceso a la salud mental. Con alrededor de 3,2 millones de habitantes, el estado cuenta con solo 550 psicólogos en el sistema público de salud (SUS), un número insuficiente para atender la creciente demanda, especialmente entre jóvenes, trabajadores rurales y grupos vulnerables. Psicólogos Sin Fronteras actúa para ampliar el acceso a la atención psicológica calificada, fortalecer las redes de cuidado y promover la salud mental como un derecho para todos, especialmente en las comunidades más vulnerables.

Goiás alberga a unas 30,4 mil personas quilombolas, aproximadamente 300 mil personas en comunidades vulnerables, más de 25 comunidades indígenas y cerca de 600 mil habitantes en zonas periféricas marcadas por la pobreza y la exclusión, lo que dificulta el acceso a la salud mental. Con alrededor de 7,2 millones de habitantes, el estado cuenta con unos 1.100 psicólogos en el sistema público de salud (SUS), un número insuficiente para cubrir la creciente demanda, especialmente entre jóvenes, trabajadores y poblaciones vulnerables. Psicólogos Sin Fronteras actúa para ampliar la atención psicológica calificada, fortalecer las redes de apoyo y garantizar la salud mental como un derecho fundamental para todos, especialmente en las regiones periféricas y vulnerables.

Espírito Santo alberga a unas 15,7 mil personas quilombolas, aproximadamente 180 mil personas en comunidades vulnerables, más de 10 comunidades indígenas y cerca de 350 mil habitantes en zonas periféricas marcadas por la pobreza, la desigualdad y la falta de políticas públicas de salud mental. Con alrededor de 4 millones de habitantes, el estado cuenta con solo 680 psicólogos en el sistema público de salud (SUS), un número insuficiente para atender las diversas demandas, especialmente en las regiones empobrecidas, rurales y urbanas marginadas. Psicólogos Sin Fronteras actúa para ampliar el acceso a la atención psicológica calificada, fortalecer las redes de cuidado y garantizar que la salud mental sea un derecho efectivo para todos, incluso en las áreas más invisibilizadas del estado.

Tocantins alberga a unas 12.900 personas quilombolas, 41 comunidades indígenas, comunidades rurales y aproximadamente 100 mil personas en zonas vulnerables, además de unos 200 mil habitantes en territorios periféricos urbanos donde la pobreza, el abandono institucional y la exclusión afectan el bienestar psicológico. Con poco más de 1,6 millones de habitantes, el estado cuenta con solo 370 psicólogos en el sistema público de salud (SUS), un número muy insuficiente para la extensión territorial y la complejidad de las demandas. Psicólogos Sin Fronteras actúa para garantizar que ninguna población quede atrás, construyendo puentes entre territorios olvidados y el derecho al cuidado, promoviendo la dignidad, la escucha y la transformación donde más se necesita.

Mato Grosso alberga a unas 11.700 personas quilombolas, alrededor de 30 comunidades indígenas y aproximadamente 400 mil personas en zonas periféricas urbanas y rurales empobrecidas, marcadas por el aislamiento social y la falta de servicios públicos, especialmente en salud mental. Con unos 3,6 millones de habitantes, el estado cuenta con solo 680 psicólogos en el sistema público de salud (SUS), un número insuficiente para atender la diversidad y complejidad de las demandas. Psicólogos Sin Fronteras actúa para romper el silencio, construir presencia donde falta acogida, fortalecer las redes de cuidado y garantizar el acceso a la salud mental, incluso en las regiones más aisladas y vulnerables de Mato Grosso.

Según el Censo del IBGE 2022, Acre y Roraima no registraron poblaciones quilombolas identificadas, pero enfrentan desafíos significativos relacionados con la pobreza, la exclusión social y el acceso limitado a la salud mental, especialmente entre unas 60 comunidades indígenas reconocidas oficialmente y en territorios urbanos periféricos vulnerables. Cada estado cuenta con alrededor de 900 mil habitantes, con un número reducido de psicólogos en el sistema público de salud (SUS): aproximadamente 250 en Roraima y 200 en Acre, insuficientes para las complejas demandas de salud mental. Psicólogos Sin Fronteras actúa en estos territorios para ampliar el acceso a la atención psicológica calificada, defendiendo la salud mental como un derecho universal para todos, independientemente de la región o el grupo social.

El estado de Amazonas alberga a unas 2.700 personas quilombolas y se destaca por su gran diversidad de pueblos indígenas, con aproximadamente 365 comunidades reconocidas oficialmente que viven en la selva y a orillas de los ríos, preservando culturas ancestrales. El estado también cuenta con unos 700 mil habitantes en zonas periféricas urbanas vulnerables, que enfrentan pobreza, aislamiento y falta de acceso a servicios básicos, incluida la salud mental. Con alrededor de 4,2 millones de habitantes, Amazonas cuenta con solo 600 psicólogos en el sistema público de salud (SUS), un número insuficiente para la complejidad de las demandas, especialmente entre las poblaciones indígenas, ribereñas y urbanas vulnerables. Psicólogos Sin Fronteras actúa con sensibilidad cultural para ofrecer atención psicológica calificada, protegiendo la diversidad y garantizando el derecho a la escucha, la acogida y la dignidad para todos.

Rondônia tiene alrededor de 1,8 millones de habitantes, incluidos aproximadamente 11 mil quilombolas que viven en comunidades tradicionales vulnerables, cerca de 40 comunidades indígenas reconocidas y aproximadamente 45 mil personas que viven en zonas vulnerables, enfrentando pobreza y dificultades para acceder a la salud mental. Con unos 300 psicólogos registrados —aproximadamente 16,7 por cada 100 mil habitantes— el estado no logra cubrir la demanda, especialmente en las regiones más alejadas. Psicólogos Sin Fronteras aún no actúa directamente en Rondônia, pero está comprometido en iniciar acciones para ampliar el acceso a la atención psicológica calificada, garantizando que la salud mental sea un derecho para todos, especialmente en las comunidades más vulnerables.